BOLINDRES / CANICAS

 

Lolo. En Juegos tradicionales infantiles en León


“Donde pone el ojo pone la bala”

(Refrán español)

 Juan J. de la Rosa Sánchez

Profesor Honorario de la Universidad de León


A este artículo lo he titulado bolindres / canicas por aquello del orden alfabético, pero también lo podía haber denominado canicas / bolindres título más justificado porque el Diccionario de la Academia recoge antes la entrada canica que la de bolindre y así en1925 dice: “canica. 2. Juego de niños que se hace con bolitas de barro. vidrio u otra materia dura. 3. Cada una de estas bolitas. En 1936, añade: “A las canicas era algo más diestro, pero poco lucido. Pereda. Obr., ed. 1884.” // “Bolita de vidrio o mármol, etc., que se emplea para jugar a las canicas. Vergara, Voc. de Burg. y Sant., s. v. Canica. // “3. Cada una de estas bolitas. Jugaban a compás a compás con canicas de vidrio. Pereda. Obr., ed. 1884, t. 9, p. 177.” // “Dicen que allí guardaba todo lo que les quitaba a los niños. Muchas canicas… baleros, trompos. Micrós. Ocios y apuntes, p 15.” // “Canicas. Unas bolitas de pedernal, de pasta imitando ágata, o de vidrio de colores, que se usaban y aún se usan para el juego así llamado, que debe ser el equivalente al que en castellano dicen bochas. Riaga, Dicc. Bilbaíno, s.v. Canicas.”

Las ediciones siguientes repiten lo mismo hasta la del Tricentenario que la define así: “canica2.  Del fr. dialect. canique, y este del neerl. knikker ‘canica’ y ‘mármol’, der. de knikken ‘quebrar, cascar’: cf. ingl. marble ‘canica’ ‘mármol’ 1.cf. Bola pequeña de barro, vidrio u otra materia dura que usan los niños para jugar. // Sin.: bola, bolinche, bolindre, cuica, bolita, macaco, mable. 2. f. pl. Juego infantil que se practica con canicas, bormalmente impulsándolas con un dedo para que rueden, choquen o entren en un gua. // Sin.: gua, hoyuelo, chócolo.”

En cuanto a bolindre aparece por primera vez en 1970 así: “2. Canica con que juegan los niños.”  Hasta la edición de 1992 repite la misma definición y en la del Tricentenario dice: “bolindre // De bola. 2.. canica (bola). Sin.: canica, bola, bolinche, bolita, cuica, mable, macaco.”

En Jerez se jugaba con bolindres a los bolindres, valga la redundancia, lo que exigía gran precisión: había que, mediante lanzamiento armando las manos convenientemente, meter una bolita (el bolindre) en un agujero hecho en el suelo (el gua) y después desde allí volver a lanzar para acertar a darle un buen bolazo a la canica del adversario y ganársela, que ese era el premio y si además se la rompías la satisfacción se multiplicaba por n.

OTRAS DENOMINACIONES

Juan Carlos González Murillo en su artículo “Las canicas” (http://museodeljuego.org/museo-del-juego/) ha recopilado las siguientes:

“agüita: de vidrio transparente sin adornos. Esta se considera la canica de vidrio de menor valor.
balin de metal: En Argentina: fierrera o acerito.
bolinchonas: son aquellas que son de tamaño vulgar (sentido grande) para jugar a quebrarlas (partida en la que una mara (sic) bolinchona golpea otra hasta          quebrarla). En Puerto Rico se le llaman bolones.
boloncho: canica del doble o triple del tamaño normal. En Argentina: bolón o terón. En Colombia: bolínchòn, bolón, potas o piponchas. En México: cacalota, bombocha o matalota. En Honduras: bolonca. En Guatemala: chimbombones o chimbombolas.En El Salvador: Chirolón ó Chibolón. En Uruguay: bochón. EnVenezuela: bolondrona. En Costa Rica: taponas, boloncho.
canica china: de vidrio blanco. En Colombia, Honduras y Perú: lechera, En Argentina y Chile: lecherita.
canica petrolera: de vidrio sin adornos interiores y con colores algo opacos.
carey venezolana: amarillo, azul y rojo.
galaxia: canica negra por lo general con lentejuelas o motivos brillantes de gran valor. En Argentina: picadas.
martas: blancas con colores matizados.
ojos de gato: canicas de tamaño normal, pero con un diseño amarillo en el centro como         los ojos de un gato.
pepita: canica pequeña, de la mitad de diámetro de una normal aproximadamente. En Guatemala: chiripitas. En Puerto Rico: piques.
tirito: opaca y sin adornos.
trébol: transparente con tres pinceladas de colores en su interior.

VOCABULARIO

Como en el caso de otros juegos tradicionales, este tiene un vocabulario rico y variado que recopilo a continuación:

a impulsos. Ver modalidades.
a mías. Ver modalidades.
alimbótere. Ver “las habas” en modalidades.
boche (Quizá de bache1). 1. m. Hoyo pequeño y redondo que hacen los muchachos en el suelo para jugar. tirando a meter dentro de él las piezas con que juegan.” (Tricentenario).
bola. Sinónimo de canica. (Tricentenario).
bolinche (De bola) m. Bolita para jugar. canica.” (DRAE. 1970).
bolindre. (De bola). m. bolinche. 2. Canicas con que juegan los niños.” (DRAE. 1970).
bolita. Sinónimo de canica. (Tricentenario).
bombardeo o bombardero. Ver modalidades.
bote “4. m. boche.” (Tricentenario).
buraco “1. m. vulg. agujero.” (Tricentenario).
canica. (DRAE. 1925.
canicas escondidas. Ver modalidades.
chócolo. Sinónimo del juego de canicas. (Tricentenario).
condicionada. Ver modalidades.
cubrir gua. Ver modalidades.
cuica. Sinónimo de canica. (Tricentenario).
doble tiro. Ver modalidades.
el anillo. ver modalidades.
el puente. Ver modalidades.
escarlátera. Ver “las habas” en modalidades.
fueyo (agujero. en Astorga. León) no la registra el DRAE.
furaco. (agujero. en León y Asturias) no la registra el DRAE).
gua. “(De or. inc.. Tricentenario). (Del fr. boîte) m. Hoyito que hacen los muchachos en el suelo para jugar tirando en él bolitas o canicas. 2. Nombre de este juego.” (DRAE. 1984).
hoyuelo. Sinónimo del juego de canicas. (Tricentenario).
huraco. “De hura). 1. m. agujero.” (Tricentenario).
invocátera. Ver “las habas” en modalidades.
las habas. Ver modalidades.
mable. Sinónimo de canica. (Tricentenario).
macaco. Sinónimo de canica. (Tricentenario).
meca. (canica) no la registra el DRAE.
melón. (canica grande) no la registra el DRAE.
pitón. (canica grande) no la registra el DRAE.
triple golpe. Ver modalidades-
uñátera. Ver “las habas” en modalidades.

MODALIDADES
SIN GUA
a mías. Se traza en el suelo una raya larga, sobre ella, cada jugador coloca 3 ó 4 canicas separadas entre sí unos cuatro dedos y distanciadas de las de los demás un palmo. Desde una determinada distancia, cada jugador lanza su canica hacia las anteriores: si le da a una que no sea la suya la gana; si no le da a ninguna paga con una que se coloca con las demás; y, si la tocada es la suya, dice ¡mías! y cada jugador contrario le tiene que pagar con una canica de las que tienen reservadas para hacer frente a estas adversidades del juego.
bombardeo o bombardero. En el suelo, se traza un círculo de unos 30 cms. de diámetro y dentro de él se colocan dos bolas por cada uno de los jugadores que participan. A unos dos metros del anterior se marca otro círculo que es el lugar desde donde se realizan los lanzamientos para sacar las bolas depositadas en aquél.
El juego comienza cuando el primer jugador dispara su canica contra las del círculo, si logra sacar alguna se la queda y vuelve a tirar desde el sitio donde quedó su bola fuera del círculo, pues si queda dentro allí debe dejarla. Si falla puede ocurrir que su bola quede dentro del círculo o salga fuera; en el primer caso la pierde y en el segundo tendrá que pagar una canica si alguno de los otros jugadores acierta a darle con la suya.
Como variante de esta modalidad existe la denominada “el anillo” que, básicamente, es igual y se diferencia en que dentro del círculo se marcan dos líneas que se cortan en ángulo recto.
el puente. Consiste el juego en lanzar por turnos, desde una distancia convenida de antemano, una canica a las aberturas efectuadas en el lateral de una caja puntuándose con 2, 4, 6, 8 ó 10 puntos de menor a mayor dificultad de introducción que viene dada por el tamaño de los arcos u ojos del puente.

CON GUA

Los elementos del juego son: canicas, gua y, normalmente, una raya marcada a cierta distancia del agujero. El orden de actuación se determina mediante lanzamientos, que hacen los jugadores, desde la raya al gua o desde éste a aquélla; el que más se acerque será el que comience en primer lugar. Los lanzamientos se realizan midiendo una cuarta o palmo, es decir, se coloca la palma de la mano en el suelo con el pulgar en un sitio determinado (el gua o lugar donde hubiera quedado la canica) y el meñique donde caiga, para desde ahí armar la catapulta de lanzamiento que se produce así: se eleva la palma de la mano utilizando como apoyo el meñique, que queda en el suelo, y se coloca el dorso de la otra mano sobre los dedos anular, medio e índice de la mano de base. La canica se apoya en el índice o meñique de la mano lanzadora -a voluntad del jugador- y el impulso se le da con el pulgar. También se puede efectuar el tiro sujetando la canica entre el pulgar y el corazón o el índice y se impulsa con uno de ellos.
a impulsos. El lanzador, una vez golpeada con la suya otra canica, deberá mediante sucesivos tiros ir impulsándola hasta meterla en el gua. Todas las que consigue meter pasarán a ser de su propiedad.
canicas escondidas. Uno de los jugadores se queda con el gua y los demás colocan sus canicas a determinada distancia, pero escondidas. El del gua tiene que tirar a dar a las canicas que están escondidas, si lo consigue tres veces seguidas se queda con ella, si no lo logra pasa otro al gua y comienza la caza. A esta manera se la conoce con el nombre de “plataderos” y, parece ser que tal denominación se ha tomado de los lugares donde se esconden las canicas.
condicionada. Conseguido el gua se pasa a tirar a las canicas de los demás jugadores a las que hay que acertar y, además, cumplir las condiciones siguientes: a) dedo, en el primer tiro han de chocar las canicas y quedar separadas a una distancia de un dedo, como mínimo; b) cuarta, conseguido lo anterior, se hace un nuevo lanzamiento y después de golpear otra vez a la misma canica  deben quedar separadas, por lo menos, una cuarta; c) pie, en el tercer lanzamiento acertado, quedarán separadas las canicas a la distancia de un pie, al menos;  d) bola, la distancia mínima de separación, al cuarto golpe, será la de una canica; e) giriscola, por fin, después del quinto golpe (no hay quinto malo) la separación será de tres a cinco pies, según se haya acordado previamente. En caso de divergencias en las medidas, prevalece la distancia del dedo, cuarta, etc. del propietario de la canica maltratada (alguna vez, de tantos golpes como reciben, las canicas se rompen por lo que hay que reponerla y, además, se puede perder con lo que el asunto puede salir costoso para la, normalmente, maltrecha economía de los participantes). Si el lanzador falla en alguna de las fases comienza otro jugador desde el principio. Puede ocurrir que, después de golpear, queden muy separadas las canicas; en ese caso, se puede optar por comenzar tirando a otra que le quede más cerca y se queda debiendo al de la otra canica las fases que no completó con ella. Es decir, espera mejor ocasión. En cualquier momento de la partida, el que está en posesión del gua puede volver a éste y si lo consigue tiene las posibilidades siguientes: a) tirar hacia otro lado (se le pasa el turno, pero se cubre las espaldas); b) tirar a las otras canicas, y, c) cubrir gua.
doble tiro. Desde el gua se hace un tiro para darle a la bola de otro jugador. Si se consigue, hay que volver mediante lanzamiento a introducir la propia canica en el gua  para ganar una bola al propietario de la golpeada. Si se falla alguna de las fases se deja la canica donde estuviera y el siguiente intenta las mismas operaciones.
las habas. Los jugadores, de pies y desde una distancia previamente acordada, lanzan cada uno su haba o canica para meterla en el gua. El que más la acerque será el que comience el juego que consiste en intentar meter las más posibles en el hoyo, golpeándolas, mediante un papirotazo que puede repetirse cuatro veces y se denominan: “uñátera”, “escarlátera”, “invocátera” y “alimbótere”.
Se denomina “cubrir gua” a meter la canica en el agujero y dejarla en él. Es una estrategia para que los demás jugadores se acerquen y así poder eliminarlos, pero si alguno consigue meter su canica en el gua comienza otra jugada que es intentar sacar a la ocupante, para lo que hay dos modalidades: “en altas” y “en bajas”. En la primera los adversarios intentan sacar la canica del gua, dejando caer la propia desde la altura de la nariz y en la segunda, los lanzamientos se efectúan desde la altura de las rodillas, estando agachados. El número de tiros “en bajas” es de seis y “en altas” pueden ser nueve, once o trece, según se acuerde. Si completados los lanzamientos no se logra sacar queda eliminado el lanzador; si se consigue, el eliminado será el que cubría el gua.
triple golpe. Una vez establecido el orden en que se debe jugar hay que, mediante lanzamiento, meter la canica en el gua. El que consiga introducirla lanzará desde éste a golpear cualquiera de las otras, una a una, y si lo logra tendrá que hacerlo otras dos veces consecutivas para quedarse con ella.

Por último, me permito transcribir el artículo de Mingote Los deportes marginales: el gua. (Diario Marca 31 de octubre de 1996, pág. 30) sobre este juego:

"Son bien conocidas las pasiones que promueven los deportes cuyo objetivo es meter una bola en algún sitio: entre los palos de la portería, el fútbol; en una cesta, el baloncesto; en un hoyo, el golf. No se comprende entonces por qué despierta tan poco interés entre los adultos un deporte que consiste en meter una bola, aunque pequeña, o sea la canica, en un hoyo, mejor un hoyito, es decir el gua.

Dicen los técnicos que la indiferencia por el gua proviene no del tamaño del hoyo o de la canica sino del tamaño de los jugadores, poco llamativos realmente. Otros lo achacan a que los jugadores, incluso los más brillantes, no cobran un duro y por tanto no merecen la más mínima atención. Algunos, por su parte, lamentan que en lugar de estudiar para hacerse hombres de provecho se dediquen al gua esos locos bajitos, como les llamó Edgar Neville. -Por cierto, fue Neville el primero que llamó a los niños esos locos bajitos invención de la que se han apropiado este, el otro y el de más allá con total desvergüenza y total abuso de confianza, cuidándose todos ellos de no nombrar jamás al verdadero autor-.

El juego del gua tiene una tradición y un historial que ya quisieran otros. Se sabe que Lope de Vega jugó al gua en la Cuesta de Santo Domingo con canicas de barro cocido de las que no me extrañaría que hubiera alguna muestra en el Museo Municipal. Antes aún, el alcaide moro Tofail ben Raphara elogió las canicas hechas con barro del Manzanares por su resistencia al choque, su docilidad para el pulimento y la perfecta esfericidad de que las dotaban los hábiles artesanos de Magerit.

No se sabe que Lope de Vega haya jugado jamás al fútbol, algo que se hace con los pies, burdo ejercicio inconcebible en un poeta. Y nadie puede pensar que ni el poeta cristiano ni el alcaide moro se les ocurriera meter una pelota en una cesta colgada a tres metros del suelo, que no es sitio para poner una cesta. En cuanto al golf, han tenido que transcurrir siglos de frivolidad y relajo de las costumbres antes de aceptar que una persona mayor pueda aplicarse a darle a una bola con un palo para meterla en un agujero, ejercicio absolutamente incompatible con la dignidad de cualquier adulto responsable.

En cambio, al gua han jugado poetas, jurisconsultos, prebostes, edecanes, constructores de pirámides, pilotos de trirremes, coroneles de húsares, radiestesistas, filósofos, pontífices... Claro que sólo cuando eran niños, ya que al crecer tuvieron que dedicarse a sus más importantes menesteres, como es natural. Pero los deportes ahora tan en boga, nunca, ni cuando niños ni de mayores ni en la senectud merecieron la menor atención de Sócrates, Amilcar Barca, Escipión el Africano, el Cid Campeador, Amenofis IV, Galileo...

Son memorables los versos que Píndaro (siglo V a.C.) dedicó al deporte del gua.

'Lo mismo que la flecha,

entre el flexible arco y la cuerda tensa
se apresta a clavarse vibrante en el cálido pecho adversario,
así la canica entre el curvado índice y el impulsor pulgar
late impaciente por chocar con la esfera enemiga
antes de rodar al refugio amable del gua.'

Y es bien conocida la cántica amorosa del marqués de Santillana llamada 'de la canica'.

'Non vide canica

tan rodamentera
ni tan bien polida
que en mis dedos fuera
como era sumisa
y luego rodada
la mi molinera.'

Y no debemos olvidar la llamada jota de la Canica que aún se canta en las fiestas y romerías de Alto Aragón:

'Lo mismico que en el gua

se cobija la canica,
quisiera yo cobijarme
en tu regazo, mañica.'
(Algunos, los más atrevidos, cantan refajo en lugar de regazo, pero el trueque no está bien visto por las Autoridades).

En fin, otro día hablaremos de las estrellas del gua, héroes del deporte marginal, deportistas anónimos e impecunes, pero tan entusiastas como los protagonistas de los grandes fichajes, los millonarios traspasos, los discutidos fuera de juego y los goles problemáticos. Venga."

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